Tema del Mes


LA JUVENTUD HOY

Actualmente la juventud ha pasado a un primer plano. Su poder e influencia es mucho mayor hoy que hace unos años. Los jóvenes constituyen sin duda un sector sobresaliente dentro de la comunidad.

Asistimos a una "juvenilización" de la sociedad. Los jóvenes imponen sus formas de hablar, modas, gustos, aficiones... en la sociedad.

Factores que explican la actualidad de los jóvenes
- Uno de ellos, es el poder económico de los jóvenes. Son los principales consumidores de ciertos productos. Su poder económico se ha hecho más manifiesto porque gastan el dinero en artículos muy llamativos, y su consumo tiende a concentrarse en determinados sectores del mercado.
- Las demandas de los jóvenes se han hecho importantes dentro de la sociedad y sus actividades son difundidas por los medios de comunicación de masas: la prensa, la radio y la T.V. tienden a crear mitologías de la juventud. Divulgan la imagen del "joven típico" y los que no se ajustan a ella empiezan a notar que es como si les faltase algo.

Los adultos pueden reaccionar ante esto con una mezcla de aturdimiento, desdén o envidia.
- Otro de los motivos de este auge se debe a la aceleración del desarrollo psicofísico. Las niñas se hacen mujeres antes, los chicos alcanzan la madurez física antes. Los problemas sexuales, religiosos, políticos, sociales, familiares..., etc., aparecen también antes que en eras históricas anteriores.

- Los jóvenes se encuentran cada vez más capacitados para adaptarse al mundo en que viven, hoy se lee más, se estudia más que en los tiempos de nuestros padres. Resulta evidente el número de jóvenes que frecuenta las escuelas, colegios, institutos, escuelas técnicas, centros de artes y oficios, universidades... etc. Se crea un gran sentido comunitario y una sensibilidad nueva para sentir la injusticia social.

- Los jóvenes se hallan en condiciones más ventajosas que el hombre maduro o anciano que tienen ya hechas sus vidas. El cambio rápido, el progreso y las novedades son asimiladas más pronto por los jóvenes.
- El mismo incremento de la población juvenil -en nuestro país existen 13 millones de personas menores de 25 años, o sea casi el 45% de la población total- acarrea problemas de falta de puestos de trabajo, falta de espacio en escuelas y universidades y ello crea a veces problemas y actitudes agresivas.

- Junto a ello, hay que destacar el importante papel que va teniendo la mujer en la vida social y cultural. De ser solamente novia, esposa, ha pasado a ser compañera, amiga y miembro del mismo equipo de trabajo o estudio. En las escuelas, fábricas, oficinas, comercios, universidades... la mujer está muchas veces luchando por equipararse al hombre, teniendo el mismo papel, similares necesidades y las mismas metas que el hombre.
Hay una mayor relación entre chicos y chicas, y esto hace que esas relaciones se produzcan en un clima de mayor naturalidad y exento de los prejuicios y tabúes de otras épocas.
Todos estos factores y muchos otros han de tenerse en cuenta para conocer y comprender a los jóvenes. De ahí que solamente un enfoque pluridimensional sea válido para un conocimiento más exacto de cómo son los jóvenes actuales.

La rebeldía juvenil
Los jóvenes con toda su viva imaginación, su capacidad creadora, su rapidez de reflejos, fácil memoria y su propensión al entusiasmo viven en un mundo rígido, llevado por los mayores, a los cuales se enfrentan.
Los jóvenes acusan a los mayores de un excesivo amor por el dinero y el bienestar, de una explotación de la gente, de deshonestidad en los negocios, corrupción en la política y un acusado conservadurismo e hipocresía. Atacan el "buen aparentar" ante la sociedad.
Rechazan la sociedad establecida y dentro de ella, sus lacras y, en muchas ocasiones, también sus logros. Por eso se marginan a veces, entendiendo de modo diametralmente opuesto a los adultos las grandes cuestiones de la vida: amor, trabajo, religión. En esta oposición son tan dogmáticos como los adultos en su seguridad instalada.

Los adultos, por su parte, acusan a los jóvenes de irresponsabilidad e incongruencia, de su afán destructor sin ofrecer un programa constructivo a cambio, de una visión del presente que ignora el pasado y de un idealismo utópico que no conduce a nada práctico.
Los jóvenes, dicen los adultos, desafían las normas y la autoridad que las mantiene, adoptan modos y atuendos excéntricos, no se ajustan a los patrones convencionales de la convivencia entre los sexos, protestan demasiado en sus canciones, violencias, manifestaciones... "En mis tiempos..." es su frase favorita.
En síntesis, los jóvenes se quejan de falta de libertad -la opresión de la sociedad de consumo- y los adultos les acusan de falta de responsabilidad.

¿Qué subyace bajo este conflicto?
Se trata, sin duda, de un conflicto de valores muy complejo, inherente a la sociedad industrial contemporánea. Muchos de los principios básicos del comportamiento humano, indiscutidos durante siglos, han sido sustituidos por valores cambiantes que se apoyan en argumentos de modernidad, ligados al desarrollo científico y técnico y a los cambios sociales. De ellos se deriva un enfrentamiento entre estos modos de actuar más propicios de los jóvenes y lo que ellos mismos peyorativamente consideran tradiciones superadas.
Estas conductas no pueden entenderse como problemas meramente individuales sino que tienen su origen en los conflictos de nuestra sociedad.
Muchas conductas "marginales" deben entenderse como una respuesta peculiar del individuo a la estructura social. Y así determinadas personas, como pueden ser los jóvenes, son más vulnerables y pueden ser afectados por estos conflictos sociales.




NOVIEMBRE: MES DE LA EUTANASIA








Juicio de la Iglesia Católica sobre la eutanasia
Juicio de la Iglesia Católica sobre la eutanasia
La encíclica Evangelium vitae del Papa Juan Pablo II, 25 de marzo de 1995.

¿Qué dice exactamente la encíclica Evangelium Vitae sobre la eutanasia?

La encíclica afirma que "la eutanasia es una grave violación de la ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de la persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio" (n. 65).

¿Cómo define la encíclica la eutanasia?

La encíclica define la eutanasia como "adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin dulcemente a la propia vida o a la de otros" (n. 64) o, más propiamente, "en sentido verdadero y propio se debe entender (la eutanasia como) una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. La eutanasia se sitúa, pues, en el nivel de las intenciones o de los métodos usados" (n. 65).

¿Por qué la Iglesia condena la eutanasia si muchas veces parece una medida de solidaridad hacia los enfermos que sufren sin remedio y están sometidos a tratamientos inhumanos?

La encíclica aborda este problema cuando se refiere al ensañamiento terapéutico. Afirma que la eutanasia debe distinguirse de la "decisión de renunciar al ensaña miento terapéutico, o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar o, bien, por ser demasiado gravosas para él o su familia. En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares. Ciertamente, existe la obligación de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las circunstancias concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante la muerte" (n. 65).

¿Pero, entonces, no se puede aliviar el dolor del enfermo, aunque esto suponga acortarle la vida?

La encíclica apunta que “en la medicina moderna van teniendo auge los llamados cuidados paliativos , destinados a hacer más soportable el sufrimiento en la fase final de la enfermedad y, al mismo tiempo, asegurar al paciente un acompañamiento humano adecuado. En este contexto aparece, entre otros, el problema de la licitud del recurso a los diversos tipos de analgésicos y sedantes para aliviar el dolor del enfermo, cuando esto comporta el riesgo de acortarle la vida. 

En efecto, si puede ser digno de elogio quien acepta voluntariamente sufrir renunciando a tratamientos contra el dolor para conservar la plena lucidez y participar, si es creyente, de manera consciente en la pasión del Señor, tal comportamiento “heroico” no debe considerar se obligatorio para todos. Ya Pio XII afirmó que es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, si no hay otros medios y si, en tales circunstancias, ello no impide el cumplimiento de otros deberes religiosos y morales. 

En efecto, en este caso no se requiere ni se busca la muerte, aunque por motivos razonables se corra ese riesgo. Simplemente se pretende mitigar el dolor de manera eficaz, recurriendo a los analgésicos puestos a disposición por la medicina. Sin embargo, “no es lícito privar al moribundo de la conciencia propia sin grave motivo”: acercándose a la muerte, los hombres deben estar en condiciones de poder cumplir sus obligaciones morales y familiares y, sobre todo, deben poderse preparar con plena conciencia al encuentro definitivo con Dios“ (n. 65).

¿Cuál es la realidad más profunda de la eutanasia?

La eutanasia "en su realidad más profunda, constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte, proclamada así en la oración del antiguo sabio de Israel: Tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar a las puertas del Hades y de allí subir (Sab. 16,13 y cfr. Tob. 13,2) “ (n. 66). 

¿Dice algo la encíclica Evangelium Vitae acerca de las personas que colaboran con la eutanasia?

La encíclica emplea palabras muy claras para referirse a las diversas formas de colaboración con la eutanasia. Dice textualmente:

“Compartir la intención suicida de otro y ayudarle a realizarla mediante el llamado “suicidio asistido” significa hacerse colaborador, y algunas veces autor en primera persona, de una injusticia que nunca tiene justificación, ni siquiera cuando es solicitada. “No es lícito -escribe con sorprendente actualidad San Agustín- matar a otro, aunque éste lo pida y lo quiera y no pueda ya vivir... para librar, con un golpe, el alma de aquellos dolores, que luchaba contra las ligaduras del cuerpo y quería desasirse”. La eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante “perversión” de la misma. En efecto, la verdadera “compasión” hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar”.

“El gesto de la eutanasia aparece aún más perverso si es realizado por quienes -como los familiares- deberían asistir con paciencia y amor a su allegado, o por cuantos -como los médicos-, por su profesión específica, deberían cuidar al enfermo incluso en las condiciones terminales más penosas”.

“La opción de la eutanasia es más grave cuando se configura como un homicidio que otros practican en una persona que no la pidió de ningún modo y que nunca dio su consentimiento. Se llega además al colmo del arbitrio y de la injusticia cuando algunos, médicos o legisladores, se arrogan el poder de decidir sobre quién debe vivir o morir. Así, se presenta de nuevo la tentación del Edén: ser como Dios “conocedores del bien y del mal” (Gn 3,5). Sin embargo, sólo Dios tienen el poder sobre el morir y el vivir: “Yo doy la muerte y doy la vida” (Dt 32, 39; cf. 2R 5,7; 1S 2,6). El ejerce su poder siempre y sólo según su designio de sabiduría y de amor. Cuando el hombre usurpa este poder, dominado por una lógica de necedad y de egoísmo, lo usa fatalmente para la injusticia y la muerte. De este modo, la vida del más débil queda en manos del más fuerte; se pierde el sentido de la justicia en la sociedad y se mina en su misma raíz la confianza recíproca, fundamento de toda relación auténtica entre las personas” (n. 66).

¿Cuáles deben ser, según la encíclica, las actitudes del cristiano ante el sufrimiento y la muerte?

La encíclica nos dice que, frente a la cultura de la muerte, “bien diverso es, en cambio, el camino del amor y de la verdadera piedad, al que nos obliga nuestra común condición humana y que la fe en Cristo Redentor, muerto y resucitado, ilumina con nuevo sentido. El deseo que brota del corazón del hombre ante el supremo encuentro con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente la tentación de caer en la desesperación y casi de abatirse en ella, es sobre todo aspiración de compañía, de solidaridad y de apoyo en la prueba. Es petición de ayuda para seguir esperando, cuando todas las esperanzas humanas se desvanecen“ (n. 67).

Los derechos del enfermo moribundo

El derecho a una muerte digna incluye:

1. El derecho a no sufrir inútilmente.

2. El derecho a que se respete la libertad de su conciencia.

3. El derecho a conocer la verdad de su situación.

4. El derecho a decidir sobre sí mismo y sobre las intervenciones a que se le haya de someter.

5. El derecho a mantener un diálogo confiado con los médicos, familiares, amigos y sucesores o compañeros en el trabajo.

6. El derecho a recibir asistencia espiritual.








Valor de la vida humana

La vida humana es el fundamento de todos los bienes, la fuente y condición necesaria de toda actividad humana y de toda convivencia social. Si la mayor parte de los hombres creen que la vida tiene un carácter sacro y que nadie puede disponer de ella a capricho, los creyentes ven a la vez en ella un don del amor de Dios, que son llamados a conservar y hacer fructificar. De esta última consideración brotan las siguientes consecuencias:

1. Nadie puede atentar contra la vida de un hombre inocente sin oponerse al amor de Dios hacia él, sin violar un derecho fundamental, irrenunciable e inalienable, sin cometer, por ello, un crimen de extrema gravedad (4).

2. Todo hombre tiene el deber de conformar su vida con el designio de Dios. Esta le ha sido encomendada como un bien que debe dar sus frutos ya aquí en la tierra, pero que encuentra su plena perfección solamente en la vida eterna.

3. La muerte voluntaria o sea el suicidio es, por consiguiente, tan inaceptable como el homicidio; semejante acción constituye en efecto, por parte del hombre, el rechazo de la soberanía de Dios y de su designio de amor. Además, el suicidio es a menudo un rechazo del amor hacia sí mismo, una negación de la natural aspiración a la vida, una renuncia frente a los deberes de justicia y caridad hacia el prójimo, hacia las diversas comunidades y hacia la sociedad entera, aunque a veces intervengan, como se sabe, factores psicológicos que pueden atenuar o incluso quitar la responsabilidad.

Se deberá, sin embargo, distinguir bien del suicidio aquel sacrificio con el que, por una causa superior ¬como la gloria de Dios, la salvación de las almas o el servicio a los hermanos¬ se ofrece o se pone en peligro la propia vida.

La eutanasia

Para tratar de manera adecuada el problema de la eutanasia, conviene ante todo precisar el 
vocabulario.

Etimológicamente la palabra eutanasia significaba en la antigüedad una muerte dulce sin sufrimientos atroces. Hoy no nos referimos tanto al significado original del término, cuanto más bien a la intervención de la medicina encaminada a atenuar los dolores de la enfermedad y da la agonía, a veces incluso con el riesgo de suprimir prematuramente la vida. Además el término es usado, en sentido mas estricto, con el significado de "causar la muerte por piedad", con el fin de eliminar radicalmente los últimos sufrimientos o de evitar a los niños subnormales, a los enfermos mentales o a los incurables la prolongación de una vida desdichada, quizás por muchos años que podría imponer cargas demasiado pesadas a las familias o a la sociedad.

Es pues necesario decir claramente en qué sentido se toma el término en este documento.
Por eutanasia se entiende una acción o una omisión que por su naturaleza, o en la intención, causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. La eutanasia se sitúa pues en el nivel de las intenciones o de los métodos usados.

Ahora bien, es necesario reafirmar con toda firmeza que nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo. Se trata en efecto de una violación de la ley divina, de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de un crimen contra la vida, de un atentado contra la humanidad.

Podría también verificarse que el dolor prolongado e insoportable, razones de tipo afectivo u otros motivos diversos, induzcan a alguien a pensar que puede legítimamente pedir la muerte o procurarla a otros. Aunque en casos de ese género la responsabilidad personal pueda estar disminuida o incluso no existir, sin embargo el error de juicio de la conciencia ¬aunque fuera incluso de buena fe¬ no modifica la naturaleza del acto homicida, que en sí sigue siendo siempre inadmisible. Las súplicas de los enfermos muy graves que alguna vez invocan la muerte no deben ser entendidas como expresión de una verdadera voluntad de eutanasia; éstas en efecto son casi siempre peticiones angustiadas de asistencia y de afecto. Además de los cuidados médicos, lo que necesita el enfermo es el amor, el calor humano y sobrenatural, con el que pueden y deben rodearlo todos aquellos que están cercanos, padres e hijos, médicos y enfermeros.





OCTUBRE: MES DEL SANTO ROSARIO


María en el misterio de la Iglesia


Señal de fe auténtica. 
Dios Padre quiere formarse hijos por medio de María hasta la consumación del mundo y le dice: Pon tu tienda en Jacob, es decir, fija tu morada y residencia en mis hijos y predestinados, simbolizados por Jacob, y no en los hijos del demonio, los réprobos, simbolizados por Esaú.


Así como en la generación natural y corporal concurren el padre y la madre, también en la generación sobrenatural y espiritual hay un Padre, que es Dios, y una Madre, que es María.

Todos los verdaderos hijos de Dios y predestinados tienen a Dios por Padre y a María por Madre. Y quien no tenga a María por Madre, tampoco tiene a Dios por Padre. Por esto los réprobos como los herejes, cismáticos, etc., que odian o miran con desprecio o indiferencia a la Santísima Virgen no tienen a Dios por Padre aunque se jacten de ello porque no tienen a María por Madre. Que si la tuviesen por tal, la amarían y honrarían, como el buen hijo ama y honra naturalmente a la madre que le dio la vida.

La señal más infalible y segura para distinguir a un hereje, a un hombre de perversa doctrina, a un réprobo de un predestinado, es que el hereje y el réprobo no tienen sino desprecio o indiferencia para con la Santísima Virgen, cuyo culto y amor procuran disminuir con sus palabras y ejemplos, abierta u ocultamente y, a veces, con pretextos aparentemente válidos.

¡Ay! Dios Padre no ha dicho a María que establezca en ellos su morada porque son los Esaús.

María, Madre de la Iglesia.

Dios Hijo quiere formarse por medio de María, y por decirlo así, encarnarse todos los días en los miembros de su Cuerpo Místico y le dice: Entra en la heredad de Israel.

Como si dijera: Dios, mi Padre, me ha dado en herencia todas las naciones de la tierra, todos los hombres buenos y malos, predestinados y réprobos: regiré a los primeros con cetro de oro, a los segundos justo vengador, de todos seré juez. Tú, en cambio, querida Madre Mía, tendrás por heredad y obsesión solamente a los predestinados, simbolizados por Israel: como buena madre suya, tú los darás a luz, los alimentarás y harás crecer y, como su soberana, los guiarás, gobernarás y defenderás.

"Uno por todos han nacido en ella", dice el Espíritu Santo. Según la explicación de algunos Padres, un primer hombre nacido de María es el Hombre-Dios, Jesucristo, el segundo es un hombre-hombre, hijo de Dios y de María por adopción.

Ahora bien, si Jesucristo, Cabeza de la humanidad, ha nacido de Ella, los predestinados, que son los miembros de esta Cabeza, deben también, por consecuencia necesaria, nacer de Ella. Ninguna madre da a luz la cabeza sin los miembros ni los miembros sin la cabeza: de lo contrario, aquello sería un monstruo de la naturaleza. Del mismo modo, en el orden de la gracia, la Cabeza y los miembros nacen de la misma madre. Y si un miembro del Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, un predestinado, naciese de una Madre que no sea María la que engendró a la Cabeza, no sería predestinado ni miembro de Jesucristo, sino un monstruo en el orden de la gracia.


Más aún, Jesucristo es hoy, como siempre, fruto de María. El cielo y la tierra se lo repiten millares de veces cada día: "Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". Es indudable, por tanto, que Jesucristo es tan verdaderamente fruto y obra de María para cada hombre en particular que lo posee, como para todo el mundo en general. De modo que si algún fiel tiene a Jesucristo formado en su corazón, puede decir con osadía: "Gracias mil a María: lo que poseo es obra y fruto suyo y sin Ella no lo tendría!" Y se pueden aplicar a María, con mayor razón que San Pablo se las aplicaba a sí mismo, estas palabras: "¡Hijitos míos!, de nuevo sufro los dolores del alumbramiento hasta que Cristo se forme en ustedes". Todos los días doy a luz a los hijos de Dios, hasta que se conformen a Jesucristo, mi Hijo, en madurez perfecta.

San Agustín, excediéndose a sí mismo y a cuanto acabo de decir, afirma que todos los predestinados para conformarse a la imagen del Hijo de Dios están ocultos, mientras viven en este mundo, en el seno de la Santísima Virgen, donde esta Madre bondadosa los protege, alimenta, mantiene y hace crecer hasta que los da a luz para la gloria después de la muerte, que es, a decir verdad, el día de su nacimiento, como llama la iglesia a la muerte de los justos. 











El Rosario, un tesoro que recuperar

Queridos hermanos y hermanas: Una oración tan fácil, y al mismo tiempo tan rica, merece de veras ser recuperada por la comunidad cristiana. Hagámoslo sobre todo en este año, asumiendo esta propuesta como una consolidación de la línea trazada en la Carta apostólica Novo millennio ineunte, en la cual se han inspirado los planes pastorales de muchas Iglesias particulares al programar los objetivos para el próximo futuro.

Me dirijo en particular a vosotros, queridos Hermanos en el Episcopado, sacerdotes y diáconos, y a vosotros, agentes pastorales en los diversos ministerios, para que, teniendo la experiencia personal de la belleza del Rosario, os convirtáis en sus diligentes promotores.
Confío también en vosotros, teólogos, para que, realizando una reflexión a la vez rigurosa y sabia, basada en la Palabra de Dios y sensible a la vivencia del pueblo cristiano, ayudéis a descubrir los fundamentos bíblicos, las riquezas espirituales y la validez pastoral de esta oración tradicional.
Cuento con vosotros, consagrados y consagradas, llamados de manera particular a contemplar el rostro de Cristo siguiendo el ejemplo de María.

Pienso en todos vosotros, hermanos y hermanas de toda condición, en vosotras, familias cristianas, en vosotros, enfermos y ancianos, en vosotros, jóvenes: tomad con confianza entre las manos el rosario, descubriéndolo de nuevo a la luz de la Escritura, en armonía con la Liturgia y en el contexto de la vida cotidiana.

¡Qué este llamamiento mío no sea en balde! Al inicio del vigésimo quinto año de Pontificado, pongo esta Carta apostólica en las manos de la Virgen María, postrándome espiritualmente ante su imagen en su espléndido Santuario edificado por el Beato Bartolomé Longo, apóstol del Rosario. Hago mías con gusto las palabras conmovedoras con las que él termina la célebre Súplica a la Reina del Santo Rosario: «Oh Rosario bendito de María, dulce cadena que nos une con Dios, vínculo de amor que nos une a los Ángeles, torre de salvación contra los asaltos del infierno, puerto seguro en el común naufragio, no te dejaremos jamás. Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía. Para ti el último beso de la vida que se apaga. Y el último susurro de nuestros labios será tu suave nombre, oh Reina del Rosario de Pompeya, oh Madre nuestra querida, oh Refugio de los pecadores, oh Soberana consoladora de los tristes. Que seas bendita por doquier, hoy y siempre, en la tierra y en el cielo».

DE LA CARTA APOSTOLICA  ROSARIUM VIRGINIS MARIAE






LA  FAMILIA




Consejos para padres, de un experto en familia

La FAM (Fundación Argentina del Mañana) entrevistó al Dr. Carlos Abel Ray, ex Jefe del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina (Buenos Aires), ex Profesor Titular de Pediatría de la Universidad de Buenos Aires, y actualmente protitular de Medicina Legal de la Universidad Católica Argentina. Es padre de 6 hijos y abuelo de 21 nietos. En amena charla, este especialista en educación y salud explica cómo los padres pueden lograr un mejor y más extenso diálogo con los hijos sin menguar su legítima autoridad. También nos da un panorama de lo dañinos que son los mensajes de algunos programas televisivos.

¿Qué mensaje puede dar a los padres hoy?

El mismo que está contenido en mi libro "Para Padres", que escribí hace varios años, inspirado en mi experiencia de médico pediatra y padre de familia. La obra ha tenido varias ediciones, ha sido muy leído y se sigue leyendo todavía hoy porque su mensaje continúa actual.
A los hijos hay que darles muchísimo amor, mucho tiempo, educarlos con autoridad y darles muy buen ejemplo.


¿En qué cree que es más necesario insistir?

En el consultorio he insistido mucho, sigo insistiendo e insistiré y no me canso de decir que se dedique mucho tiempo a los chicos. Ocurre que los padres pueden estar durante el fin de semana unas veinticuatro horas con los chicos en casa pero absolutamente sin haber conversado con ellos...

El tiempo... ¿de dónde sacarlo?

Aprovechar la mesa familiar. Para mí es lo más importante. Porque es muy difícil decirle a un hijo "vení, sentáte allí, vamos a conversar". Pero en la mesa es diferente, se da una ocasión natural. Sé que durante la semana generalmente no se está juntos al mediodía, por razones de trabajo o estudio. Pero ¿por qué no aprovechar los almuerzos o las cenas de los sábados o domingos? La conversación en familia, he ahí una buena alternativa a la atracción que ejerce la televisión.


¿Y de qué hablar?
De lo que sea, de lo actual, de las noticias del día, de un incendio, de la violencia, de la guerra, de la economía, de la política, de la ley de salud reproductiva, de lo que pasó en el colegio, de la respuesta que se le dio al profesor, de la respuesta que se le dio al chico, de la buena nota, de la mala nota, de la utilidad o inutilidad de la química, de la matemática, de la filosofía, de la literatura, de los libros que les mandan estudiar.

Usted habló también de autoridad...

Es lo que falta tremendamente en el mundo de hoy: autoridad. 
Autoridad no es autoritarismo. Tiene que haber reglas, que los chicos tienen que conocer y cumplir.


En la visión de un médico pediatra, ¿qué efectos nocivos tiene la programación actual de TV?

La explosión mediática de las comunicaciones televisión, Internet, e-mail es un progreso tremendo que podría servir para dar más vida, más salud, más felicidad, pero también tiene sus problemas gravísimos que ya los estamos viendo. Ha provocado una gran decadencia de tipo moral en el mundo.
Tantos padres y tantos chicos piensan que todo es relativo que "a mí no me hace mal ver esto o ver lo otro". Y oír las palabrotas, entretenerse con la desintegración de los grupos familiares, son cosas que hacen daño a los grandes y a los chicos.






IDEOLOGIA DE GENERO


La Ideología de Género. Sus Peligros y Alcances


La Ideología de Género.
Sus Peligros y Alcances
"El género es una construcción cultural; por consiguiente no es ni resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo. Al teorizar que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino". [1]
Estas palabras que podrían parecer tomadas de un cuento de ciencia ficción que vaticina una seria pérdida de sentido común en el ser humano, no son otra cosa que un extracto del libro "Gender Trouble: Feminism and the Subversion of Identity" (El Problema del Género: el Feminismo y la Subversión de la Identidad") de la feminista radical Judith Butler, que viene siendo utilizado desde hace varios años como libro de texto en diversos programas de estudios femeninos de prestigiosas universidades norteamericanas, en donde la perspectiva de género viene siendo ampliamente promovida.

Mientras muchos podrían seguir considerando el término género como simplemente una forma cortés de decir sexo para evitar el sentido secundario que sexo tiene en inglés, y que por tanto género se refiere a seres humanos masculinos y femeninos, existen otros que desde hace ya varios años han decidido difundir toda una "nueva perspectiva" del término. Esta perspectiva, para sorpresa de muchos, se refiere al término género como "roles socialmente construidos".

La IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, realizada en setiembre de 1995 en Pekín, fue el escenario elegido por los promotores de la nueva perspectiva para lanzar una fuerte campaña de persuasión y difusión. Es por ello que desde dicha cumbre la "perspectiva de género" ha venido filtrándose en diferentes ámbitos no sólo de los países industrializados, sino además de los países en vías de desarrollo.

Definición del término género 
Precisamente en la cumbre de Pekín, muchos de los delegados participantes que ignoraban esta "nueva perspectiva" del término en cuestión, solicitaron a sus principales propulsores una definición clara que pudiera iluminar el debate. Así, la directiva de la conferencia de la ONU emitió la siguiente definición:
"El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo". 
Esta definición creó confusión entre los delegados a la cumbre, principalmente entre los provenientes de países católicos y de la Santa Sede, quienes solicitaron una mayor explicitación del término ya que se presentía que éste podría encubrir una agenda inaceptable que incluyera la tolerancia de orientaciones e identidades homosexuales, entre otras cosas. Fue entonces que Bella Abzug, ex-diputada del Congreso de los Estados Unidos intervino para completar la novedosa interpretación del término "género":

"El sentido del término género ha evolucionado, diferenciándose de la palabra sexo para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio". 
Quedaba claro pues que los partidarios de la perspectiva de género proponían algo mucho más temerario como por ejemplo que "no existe un hombre natural o una mujer natural, que no hay conjunción de características o de una conducta exclusiva de un sólo sexo, ni siquiera en la vida psíquica" [2] . Así, "la inexistencia de una esencia femenina o masculina nos permite rechazar la supuesta superioridad de uno u otro sexo, y cuestionar en lo posible si existe una forma natural de sexualidad humana" [3] .

Ante tal situación, muchos delegados cuestionaron el término así como su inclusión en el documento. Sin embargo, la ex-diputada Abzug abogó férreamente en su favor:

"El concepto de género está enclavado en el discurso social, político y legal contemporáneo. Ha sido integrado a la planificación conceptual, al lenguaje, los documentos y programas de los sistemas de las Naciones Unidas& los intentos actuales de varios Estados Miembros de borrar el término género en la Plataforma de Acción y reemplazarlo por sexo es una tentativa insultante y degradante de revocar los logros de las mujeres, de intimidarnos y de bloquear el progreso futuro".
El apasionamiento de Bella Abzug por incluir el término en Pekín llamó la atención de muchos delegados. Sin embargo, el asombro y desconcierto fue mayor luego que uno de los participantes difundiera algunos textos empleados por las feministas de género, profesoras de reconocidos Colleges y Universidades de los Estados Unidos. De acuerdo a la lista de lecturas obtenida por el delegado, las "feministas de género" defienden y difunden las siguientes definiciones:

- Hegemonía o hegemónico: Ideas o conceptos aceptados universalmente como naturales, pero que en realidad son construcciones sociales.
- Desconstrucción: La tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico (es decir aceptados universalmente como naturales), con el fin de persuadir a la gente para creer que sus percepciones de la realidad son construcciones sociales.
- Patriarcado, Patriarcal: Institucionalización del control masculino sobre la mujer, los hijos y la sociedad, que perpetúa la posición subordinada de la mujer.
- Perversidad polimorfa, sexualmente polimorfo: Los hombres y las mujeres no sienten atracción por personas del sexo opuesto por naturaleza, sino más bien por un condicionamiento de la sociedad. Así, el deseo sexual puede dirigirse a cualquiera.
- Heterosexualidad obligatoria: Se fuerza a las personas a pensar que el mundo está dividido en dos sexos que se atraen sexualmente uno al otro.
- Preferencia u orientación sexual: Existen diversas formas de sexualidad -incluyendo homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales y trasvestis- como equivalentes a la heterosexualidad.
- Homofobia: Temor a relaciones con personas del mismo sexo; personas prejuiciadas en contra de los homosexuales. (El término se basa en la noción de que el prejuicio contra los homosexuales tiene sus raíces en el ensalzamiento de las tendencias homosexuales).
Estas definiciones fueron tomadas del material obligatorio del curso "Re-imagen del Género" dictado en un prestigioso College norteamericano. Asimismo, las siguientes afirmaciones corresponden a la bibliografía obligatoria del mismo:
"La teoría feminista ya no puede darse el lujo simplemente de vocear una tolerancia del lesbianismo como estilo alterno de vida o hacer alusión de muestra a las lesbianas. Se ha retrasado demasiado una crítica feminista de la orientación heterosexual obligatoria de la mujer". [4]
"Una estrategia apropiada y viable del derecho al aborto es la de informar a toda mujer que la penetración heterosexual es una violación, sea cual fuere su experiencia subjetiva contraria." [5]
Las afirmaciones citadas podrían parecer suficientemente reveladoras sobre la peligrosa agenda de los promotores de esta "perspectiva". Sin embargo, existen aún otros postulados que las "feministas de género" propagan cada vez con mayor fuerza:
"Cada niño se asigna a una u otra categoría en base a la forma y tamaño de sus órganos genitales. Una vez hecha esta asignación nos convertimos en lo que la cultura piensa que cada uno es -femenina o masculino-. Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción social que crea la verdadera naturaleza de todo individuo." [6]
Es así que para las "feministas de género", éste "implica clase, y la clase presupone desigualdad. Luchar más bien por desconstruir el género llevará mucho más rápidamente a la meta" [7] .

Nos encontramos frente a una realidad espantosa, esta mentira disfrazada de "ideología" quiere destruir la familia, núcleo de la sociedad, conozcamos esta dura realidad, y preparémonos para defender a la familia de todos los ataques que hoy en día sufren.
Lee el artículo completo visitando: Peligros y alcances de la ideología de Género










ANOREXIA Y BULIMIA

Hoy en día  la anorexia y la bulimia  están a niveles espantosos, estas 2 enfermedades han arrebatado tantas vidas, a continuación encontrarás una entrevista respecto a este tema:
















La anorexia y la bulimia, ¿desafíos?
Entrevista con el Dr.Armando Barriguete Meléndez 
"Los trastornos de la alimentación, sobre todo la anorexia y la bulimia, se presentan en la adolescencia como parte de la crisis del desarrollo, del crecer, del descubrirse". Así explica este fenómeno el psicoanalista y psiquiatra Armando Barriguete Meléndez. Advierte que también es producido por múltiples factores: neurobiológicos, socioculturales, psicológicos y familiares. "Estos trastornos suceden dentro de una época de muchas crisis, de redefiniciones sociales y personales. Vivimos en un entorno donde al afecto, a la intimidad y a las relaciones no se les presta atención, los jóvenes inmersos en este entorno encuentran problemas para redefinir su identidad y para poder describir, conocer e identificar sus emociones".
   

El especialista afirma que "La crisis del crecer de la adolescente va ligada a los cambios del cuerpo. Su cuerpo evoca que llega una nueva etapa; que tiene nuevos deseos e inquietudes; que tiene gran susto por crecer y desarrollarse y el pavor a aumentar en medidas y peso la lleva a intentar detener su desarrollo mediante estas conductas alimentarias".
   "Algunos jóvenes no asumen estos cambios — asevera — debido a que implican una manera de ser vistos y de ver; una manera de relacionarse con sus padres, de redefinir los interjuegos de poder frente a ellos. El cuerpo escuálido de los anoréxicos, que no evoca formas ni movimientos, va relacionado con el deseo de no manifestar lo que sienten. La esbeltez representa — aclara — un desafío, un desacato a lo voluptuoso, al deseo. Las jóvenes se autocastigan dejando de comer y dejando de expresar sus emociones y sentimientos, que no es otra cosa que dejar de ser ellas mismas".
   Señala, además, que estos trastornos afectan entre el 1% y el 5% de la población universitaria en los países desarrollados y que de esta cifra 95% son mujeres. ¿Por qué? Armando Barriguete responde: "Durante mucho tiempo creímos saber lo que era lo femenino a partir de la descripción del hombre. Desde hace unos 50 años la mujer se ha dado a la tarea de reflexionar y escribir sobre sí misma. Se está descubriendo. Esto ha generado la idea de que lo que se creía que era la mujer no lo es, pero tampoco lo que se creía que era el hombre; son identidades que se están redefiniendo de manera mutua y crítica. Sin duda, el ser mujer tiene un rasgo extra de crisis por la desigualdad social que existe con respecto al hombre".
   Respecto a los factores familiares, el especialista subraya que "es en el contexto familiar donde cohabitan tanto la crisis de pareja de los padres, como la crisis del adolescente. 


Desafortunadamente, no siempre son manejadas en forma adecuada y las niñas con anorexia o bulimia no han podido aceptar los cambios producidos en su familia", señala.
   El especialista en trastornos de la alimentación nos da su opinión acerca de la influencia que ejercen los nuevos modelos femeninos promovidos por la cultura de masas y la moda: "La moda por sí misma no propicia el trastorno, pero se suma a las dificultades que lo facilitan; las verdaderas causas surgen de la compleja naturaleza humana", concluye.

El doctor Armando Barriguete Meléndez es psiquiatra,
psicoanalista e investigador en la Clínica de los Trans-
tornos de la Conducta Alimentaria, en el Instituto
Nacional de Nutrición.

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